Cada cierto tiempo me devuelvo a un tiempo remoto, a unos días lejanos que en algún momento me pesaron pero ya no, y hoy son como probar un caramelo agridulce, con las mismas confusiones de esos días, las mismas dudas, las mismas estupideces, que ya no duelen, ya no rasgan nada.
Y vuelvo siempre, porque pienso que dentro de todo lo que se rompió, algo quedó allá, en ese tiempo lejano, de días grises, canciones tristes, conversaciones sin sentido, sin objetivo y sin final.
Vuelvo en estos días de luz con las mismas canciones tristes, con recuerdo de frases sin sentido, que se cuelan en los sueños, como fantasías pequeñas de niña pequeña que cree que tuvo otra ilusión.
Es tarde, pero vuelvo sin culpas, con otra historia, con otras estupideces, con otras conversaciones que no tienen sentido, sólo sentido del humor, con más canciones tristes que ya no lo son tanto, sólo sirven para intensificar sentimientos que tuve alguna vez, porque ahora pueden porque ya no importan.