Lo que narra este libro es la huelga de los obreros del salitre en Diciembre de 1907. Exigían cosas que en estos días se considerarían básicas en materia de derechos laborales, y que nos demuestra que es gracias a ellos que hoy sean algo real. Pero en esos años se consideró una rebeldía sin causa, una sublevación y no se les hizo caso. Todo acabó en una masacre, donde las fuerzas militares (y sentí vergüenza de ellos) se dejaron influenciar por un discurso que les lavó el cerebro y la mayoría no supo diferenciar lo justo de lo injusto.
Y digo que soy obsesiva, no tanto (aunque sí) por la cantidad de libros que leí (que lo considero apropiado), sino porque me puse a investigar y me encontré con la triste noticia que en febrero de este año la Escuela Santa María de Iquique (lugar de la matanza) fue demolida. Las autoridades del país al no considerar importante el patrimonio histórico de Chile, sino sólo el económico, dieron la orden de demolerla porque estaba dañada luego del terremoto de 2005.
Francamente me parece una idiotez, y una falta de respeto a la historia de mi país, a los obreros, a la gente. Talvez, tal como prometieron será un liceo de excelencia, pero seguro reprobará en historia.
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