Hace un año nos hicieron escoger en el colegio entre el área científica y el humanista. Yo escogí el área científica porque quiero estudiar más adelante oncología. Quiero estudiar oncología, porque me parece que el cáncer es como una niña malcriada que se pasea cortando flores apenas ha despuntado la primavera y no deja que las flores jóvenes disfruten del nuevo sol.
Y mi otra razón fue porque me daba una espantosa lata tener historia. El punto es que cuando comenzó este año en el colegio comenzaron las preguntas de algunos profes: que qué hacía yo, que soy humanista, metida en el electivo de ciencias, que yo no soy científca, etc. Nadie me creía lo científica. Me decían que cualquiera podía darse cuenta de que me había equivocado de electivo, y bla, bla, bla.
De puro picada me puse a escribir las razones de mi elección, que ya no eran las mismas que las del año anterior. Mis motivos fueron que no quería que la gente se metiera en lo que yo escribo, que no quería ser analizada, que quiero permanecer con "la voz y las palabras vírgenes". Así, razones y razones que nada tenían de falso, pero muy poco de verdadero.
Estos últimos meses he descubierto una cosa: amo profundamente la biología. Y otra cosa más: amo profundamente las letras. Gracias a Dios (a quien amo profundamente), me he encontrado con personas que entienden que las ciencias y las letras son total y absolutamente compatibles. Creo que no puedo escoger, necesito estar entera. ¿cómo podría dividirme en estos dos campos?. Creo que debiera existir la posibilidad de tomar ambos electivos, sería algo caótico, pero no me sentiría cortada a la mitad.
Hace poco llegó a mis manos "El árbol del conocimiento" de Maturana y Varela, y leí esto:
"Para levantar una carga muy pesada,
es preciso conocer su centro.
Así, para que los hombres puedan embellecer
sus almas,
es necesario que conozcan su naturaleza".
Siento que esa frase habla por mí. Lo que quiero es estudiar la vida, por lo tanto hay cosas que necesito saber sobre el funcionamiento biológico del ser humano; y hay cosas que no sé decir y necesito escribir... por ejemplo algo que he dicho una sola vez y lo he escrito muchas veces es: "Te amo" .
Definitivamente estamos ante un ser humano que se ha vuelto ratón de laboratorio y de biblioteca.
(en la imagen aparece mi ratón-amigo Juan Alfonso sobre mis libros favoritos: "Una serie de catastróficas desdichas" de Lemony Snicket; "El túnel" de Ernesto Sábato; "Azul" de Rubén Darío; "El cuaderno de Mayra" de Marco Antonio de la Parra; "Poemas" de Huidobro. Y junto a mi pipeta y la cápsula de petri que tengo que llevar al colegio).
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