Sí, sí, sí, el caos de la vida. La verdad es que tomar una decisión, seguir sobre lo que ya estaba, empezar de nuevo es un caos para mí. En estos días, confusos y desenchufados días he sentido el caos... sobre todo luego del certamen de anatomía, cuando tuve que refundar mi dormitorio y darle un par de giros a mi existencia... No sé si en una de esas fue el despecho de la maldita prueba o la necesidad de un cambio, el haberme inyectado un poco de arte o incluso la venida del Espíritu Santo lo que me hizo querer volver a todos mis centros -Sí, tengo muchos, increíblemente-. Creo que el caos de mi mente no me deja ordenar las ideas con las palabras. Bueno, estoy acostumbrada.
A veces siento que me he acostumbrado demasiado a mi nueva vida. Pero quiero tomar la antigua como un ramo de flores que no se marchite, como una enredadera enrollada a mis brazos como en la portada de cierto libro... ¡Dios! Siento más cosas de las palabras que existen o conozco... ¿Qué haré? No debiera darme este ultimatum... pero lo necesito.
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