domingo, 1 de enero de 2012

Pequeños sueños de cosas grandes

Aunque el Álvaro me odie por tener buena memoria con mis sueños, voy a contar mi sueño de anoche, que fue extraño... Una mezcla de ficción, realidad, deseos del futuro y mis miedos más grandes.

Yo era yo, con unos años más, no muchos más, talvez los mismos... Aunque no, recuerdo que en algún momento tuve que dar explicaciones en el colegio por algo que no tenía relación conmigo. Tenía un hijo como de un año y medio o 2 que se llamaba Noel (Es el nombre que va a tener el primer hijo que tenga). Era muy lindo, un niño precioso que aún en sueños me inspira ternura, algo así como el instinto maternal. Aparentemente no había un padre, cuando me preguntaron por él dije que no existía, que era virgen. Ni yo podía explicarme cómo podía ser eso, porque definitivamente no era del Espíritu Santo, pero por alguna razón lo tuve sola. Yo estaba viviendo en un lugar un poco extraño, era una casa de madera ubicada en una calle de tierra, como en el sur, parecido a Quellón.

Por algún motivo que no recuerdo tuve que salir de mi casa y dejar a Noel solo en la casa, pero como era tan pequeño lo dejé durmiendo. Mientras estaba fuera de casa estaba asustada de que algo pudiera pasarle a Noel. Yo sabía que alguien quería robarse a mi hijo. Cuando llegué vi una vetana forzada y abierta. Con pánico de lo que pudo pasarle a mi hijo durante mi ausencia entré en la casa. Noel estaba durmiendo en su cama, donde lo había dejado. No le había pasado nada y sentí un gran alivio cuando lo abracé y vi que estaba bien. Sin embargo alguien había estado ahí, un hombre que yo conocía y a quien temía, había dejado un papel que tenía escrito algo que no recuerdo.

Por el miedo que sentía, cuando se hizo de noche tomé a mi hijo conmigo y lo acosté en mi cama junto a mí. Pero fue a media noche cuando alguien abrió una ventana que sólo Dios sabe qué hacía en el techo, vi la luna y la silueta de un hombre...

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