domingo, 1 de enero de 2012

Sueño de Lourdes

Hoy por la mañana desperté con un sueño súper nítido, casi real, aunque en el fondo era obvio que era irreal.
Yo estaba en la Basílica de Lourdes, en Quinta Normal, y miraba hacia una gruta de vidrio donde estaban retratadas la Virgen de Lourdes y Santa Bernardita. Mientras miraba empecé a escuchar una voz, como de soprano, que decía algo así como "María", aunque tengo la sensación de que en un comienzo decía algo así como Eugenia, Elena, no lo sé... El asunto fue que me empecé a asustar, yo miraba a la Virgen con algo de curiosidad. De pronto, no sé por qué, sentí que la Virgen me decía cosas feas, o me miraba feo, ya ni me acuerdo. Me senté y pensé: "Pero si la Virgen a mí me quiere". Del puro susto empecé a buscar la imagen de Santa Teresa de Lisieux, pero en su lugar encontré a un Niño Jesús que me miraba casi furioso. Corrí hacia las puertas de la basílica, pero tanto las puertas laterales como las centrales se abrían y cerraban alternándose. No podía salir. Y no sé por qué, pero de pronto todos los santos de la basílica me miraban enojados.
Después, por alguna razón, y ya estaba afuera de la Basílica y me encontré con una amiga, le conté lo que había pasado. Ella me dijo que nos escondiéramos porque venía el Padre Mario. Más tarde, a una monja que no reconocí, le conté lo de la voz de la Virgen. Esta monja me comentó que había una monja esquizofrénica a la que le gustaba hacer cosas raras en la basílica.
Por alguna razón que desconozco volvía a entrar a la basílica, y detrás de mí vi entrar a una monja disfrazada con una toca de indio. Y más atrás, y por una puerta lateral vi a otra monja con aires de superiora, y le comenté lo de las voces y la monja esquizofrénica, ella me miró y dijo "¡Bah! Yo pensé que me habían llamado porque había un cocodrilo".
Cuando ya iba saliendo de la Basílica vi la urna de vidrio donde está la estatua de la Dormición, y pensé : "Ahora lo único que falta es que la Virgen se despierte". Y para mi colmo se despertó. Legaron las monjas y la Virgen dijo que Dios le había dicho que la iba a despertar para llevarla al Cielo, pero que tenía que esperar 120 años. Con las monjas le explicamos que habían pasado 2000 años, y la Virgen puso como una cara de resignación y dijo: "Pucha, pero si Él dijo que me iba a despertar... Entonces me voy a tener que ir sola".

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