Había una niña de unos ocho años en mi pieza, como las niñas de esa edad era pequeña de estatura, tenía el pelo largo y de color castaño claro. Por cosas que sólo pasan en los sueños, esta niña sabía cómo escribir un buen ensayo de cualquier tema, manejaba idiomas tan complejos como el francés y el alemán... en fin, era una niña increíblemente inteligente. Esta niña tenía pocos gustos de niña, y le encantaba quedarse en mi pieza viendo Amelíe con la luz apagada a la hora del crepúsculo.
Un día, no sé por qué sus papás salieron, posiblemente de viaje o por esas extrañas cosas que pasan en los sueños, estaban en el dormitorio de mis papás viendo una película de acción con el volumen muy alto, y dejaron a su hija al cuidado de una nana de unos cuarenta años y poca educación.
Normalmente, a la nana le pareció que la niña era extraña, sabía demasiadas cosas para la edad que tenía y se pasaba el día entero viendo una película en francés, además seguro le incomodaba que la niña llevara una vida tan autosuficiente, siendo obvio que no requería de una niñera. Entró un día al dormitorio de la niña a la hora del crepúsculo y la interrumpió y mostrándole una cuchara y un cuchillo de mesa, ambos con mangos de color verde oscuro, le dijo: "Con estos voy a matarte".
Como todas las niñas, ella se asustó e intentó escapar, dejó que Amelíe continuara avanzando sin espectador y se lanzó bajo mi cama.
La siguiente escena que vi en mi sueño, fue a la niña en la silla que usaba habitualmente para sentarse a ver Amelíe, repleta de llagas hechas con brutalidad y escarbadas con una cuchara sopera, además de tener los ojos vacíos y amoratados. Estaba muerta y casi descuartizada.
Desperté.
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