Ella camina, la calle le rompe la sombra
a contraluz la ampolleta derrama su frágil silueta
sobre mi voz, convirtiéndola en cuervos que revolotean
la situación.
Ella camina, parece una buena muchacha
que va a la iglesia, en su casa felices pero hay cicatrices
de aquel buen Dios que administra tu alma y tu sexo - le dice -
su religión.
Me da pena pensar
que fui una silueta viniendo de lejos
y me asusta y me duele
saber que venia borrado en tu pecho.
Retorcí los anillos, definí tu simpleza
me saqué la cabeza y la meti en el bolsillo.
Ella quisiera correr desnudando el pecado
y contra el cielo lanzar su denario,
romperlo en pedazos
y sólo ser, sólo ser mujer.
Que nadie pregunte, que nadie le hable, que nadie
le traiga ofrendas, le pidan, le digan, le exijan que viva
una mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario